
Las blur (borrador) no son cremas de tratamiento, sino bases alisadoras. Hay que aplicarlas después de la hidratante y antes del maquillaje, y consiguen su objetivo mediante un efecto óptico. Gracias a una formulación basada fundamentalmente en un elastómero de silicona y reflectores, la luz se difunde sobre la superficie de la piel y difumina las imperfecciones, poros e irregularidades. Además, rellena las arrugas y proporciona suavidad. Su textura es densa y homogénea. El producto puede aplicarse sobre toda la cara o sólo sobre las imperfecciones a disimular.